lunes, 6 de agosto de 2012

Cementirio de Sinera

Encima de una colina frente al mar, en un escenario privilegiado se encuentra uno de los cementerios más bellos de Cataluña. Es el cementerio de Arenys de Mar, mi ciudad, a 40 km al norte de Barcelona. Tanto si llegáis en coche como si lo hacéis en tren os recomiendo que os acerquéis a la plaza Flos i Calcat y empecéis vuestro paseo ascendente por la calle d'Avall. Lo primero que veréis es la Torre d'en Llobet que recuerda los ataques de los piratas en el siglo XVI luego ascenderéis por una calle con escalones, para ir subiendo hasta llegar al Paseo de la Piedad. A la izquierda podéis contemplar una preciosa vista de Arenys de Mar, de su puerto y del mar mientras nos acercamos al cementerio. Un gran balcón hacia el Mediterráneo.
Vista de la entrada del cementerio
 Un muro blanco rodea el recinto del cementerio de Arenys de Mar que fue construido en los años 1865-1867 y una vez dentro entras en un jardín, un lugar lleno de paz, con diversas zonas sucesivas de grandes panteones, hipogeos... Al entrar accedemos al paseo central con cipreses a ambos lados. Siguiendo este paseo llegamos hasta la ermita de la Piedad y a los lados se puede contemplar un museo escultórico al aire libre.


Panteón de Josep Llimona
Vista general del cementerio












Alrededor de esta ermita, un edificio sin demasiado interés se encuentran magníficos hipogeos y panteones realizados entre finales del siglo XIX y principio de XX. Industriales, financieros e indianos catalanes mandaron construir estos magníficos monumentos funerarios. Algunos de los mejores escultores y arquitectos como Joseph Llimona, Venanci Vallmitjana, Sagnier y Rovira dejaron muestra de sus magníficos trabajos en este cementerio.

Panteón de Emilia Rovira
Además de las obras de arte, el cementerio también guarda historias de grandes personajes como Iu Bosch, financiero que vivió durante años en París y amigo personal de Sarah Bernhardt, filántropos como la familia Guri o la trágica historia de amor de Emilia Rovira, que según la leyenda murió joven de amores porque su familia no permitía su relación con Rafael Martínez, un médico cubano que había llegado a Cataluña para realizar sus estudios. Años después al enterarse de su muerte, Rafael Martínez construyo un panteón en su honor, pero su cuerpo no reposó en él por deseo de su familia, hasta que en el año 2000 un grupo de personas de Arenys consiguieron que finalmente los restos de Emilia Rovira reposaran en el panteón que le habían mandado construir.
El cementerio guarda además otras joyas no tan visibles, diversos escritores han descrito este lugar y sus historias. Por encima de todos ellos Salvador Espriu, uno de los grandes poetas de la literatura catalana que pasaba largas temporadas en Arenys de Mar dedicaría un libro de poemas a este cementerio, "Cementiri de Sinera". Sus versos son los que mejor describen este lugar:

"Quina petita patria
encercla el cementiri
Aquesta mar, Sinera
turons de pins y vinya
pols de rials. No estimo
res més, excepte l'obre
viagera d'un nuvol.
El lent record dels dies
que són passats per sempre."

A su muerte, Salvador Espriu fue enterrado en este lugar que recorrió tantas veces y que le inspiro magníficos poemas. Una simple lápida blanca con su nombre y la fecha de su nacimiento y su muerte indican el lugar donde reposa uno de los grandes de la literatura catalana, en un jardín entre el mar y la montaña.




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