sábado, 17 de marzo de 2012

Obidos, la ciudad blanca y azul


Me costaba decidir por donde empezar, que país o ciudad podría ser la primera a la hora de explicar mi experiencia de viajes. Me fascina Italia, su patrimonio, sus ciudades, el encanto de las calles, el ruido, la vitalidad.  Tengo recuerdos maravillosos de Siria, algún día hablaré de ellos, pero ahora resulta muy doloroso recordar ese país y esa gente viendo como se está desangrando por una dictadura cruel y los intereses de diversos países. Francia es maravillosa pero me resulta más difícil conocer esa esencia que puedes reconocer en otros lugares.


Una de las puertas de entrada a Obidos

Finalmente me decido por Portugal, es un país sencillo, austero pero con detalles de gran belleza y armonía. Escribiré por 3 lugares que me resultan próximos, los he visitado entre 2011 y 2012: Lisboa, Peniche y Óbidos. De estos tres lugares Óbidos es sin lugar a duda la más espectacular una ciudad regalo de amor de todos los reyes de Portugal a sus mujeres. Una ciudad blanca a los pies de un gran castillo. 


Obidos a los pies del castillo
Una de las calles de Obidos



















El problema de Óbidos como el de todas las ciudades turísticas es que se ha convertido en una espacio de parque temático, estos espacios desnaturalizados donde ya parece que no vive nadie y todo el mundo se dedica a producir o vender souvenirs. La ciudad es de una gran belleza con sus casas encaladas y los bordes pintados en azul, los rincones empedrados y con las iglesias que se reparten por la ciudad, las murallas y sobretodo la decoración de azulejos.


El azul de los azulejos que decoran las calles y las iglesias portuguesas es algo que te impacta al verlo, se reconoce en esta cultura artística la influencia islámica pero sin duda en Portugal tiene una originalidad que lo hace reconocible. El esplendor decorativo del azulejo es la mejor expresión del barroco se podría hacer una ruta dedicada a la belleza de estos azulejos en los diferentes edificios por toda Portugal. En Óbidos, nada más entrar en la ciudad te encuentras con uno de estos ejemplos, una balcón en la puerta de entrada de la ciudad con escenas realizadas con azulejos en los tonos azules que predominaran en la ciudad.
Y en las iglesias, en todas ellas. Merece la pena visitarlas, huir de los turistas que solo quieren comprar souvenirs y hacer fotos del castillo y la calle principal. En las iglesias se pueden contemplar maravillosas decoraciones realizadas con azulejos.
Azulejos de las iglesias de Óbidos




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