Hay lugares y ciudades que están en una lista de deseos, una de estas ciudades es Cádiz que con los años iba aumentando las ganas de visitarla. Por fin en el mes de diciembre de 2021 pudimos realizar una visita de tres días. La ciudad no nos decepcionó, es una ciudad que va calando, no es monumental como Sevilla o Córdoba o con una gran oferta de museos como Málaga, pero tiene el ambientes de las ciudades portuarias: libres y abiertas.
Lo primero que nos sorprendió fue su ubicación, su orientación. Cádiz es una península, una ciudad rodeada por el océano, oirentada al oeste mirando a América. Se comprende que fuera la ciudad desde la que se dirigía el comercio con las colonias en el siglo XVIII. Esta ubicación tan curiosa hizo que nos costara orientarnos en la ciudad, el centro histórico es pequeño y accesible a pie. Callejear por el centro de la ciudad y subir a terrazas y lugares elevados te permite captar esa luz y dejarte empapar por el contraste entre el blanco de los edificios y el azul del cielo. Hay que subir a la Catedral para ver el mar tan cerca y si tienes la suerte como nosotros de estar alojado en un hotel como el Hotel Las Cortes de Cadiz, relajarte desde su mirador contemplando el laberinto de casa y torres que vigilan el horizonte.
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Cádiz desde Torre Tavira
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En dos días pudimos visitar todo aquello que nos propusimos y perdernos por las calles, pero la mejor manera para conocer la ciudad fue visitar la Torre Tavira. Cádiz es una ciudad protagonizada por las torres distribuidas por la ciudad, herencia de la historia de comercio con América. En este lugar al explicarte su historia entiendes los años de esplendor de la ciudad en el siglo XVIII cuando tenía el monopolio de los viajes a América y sus habitantes se construyeron altas torres para vigilar la llegada de sus barcos cargados con las riquezas procedentes del continente. La reserva ya la realizamos antes del viaje, es fácil a través de su página web.
Pero además, Torre Tavira es el mirador más alto de la ciudad y conserva uno de los atractivos más grandes de Cádiz, la cámara oscura con la que puedes hacer en unos minutos un viaje por la ciudad. A través de la cámara oscura pudimos saber la historia de las fortalezas y que el Castillo de Santa Catalina se mantiene detenido en el tiempo. |
Castillo de Santa Catalina |
El Castillo de Santa Catalina es ahora también un centro de exposiciones donde pudimos descubrir la impactante historia de la explosión de un polvorín de la Armada en 1947 que destruyó todo un barrio. Desde el castillo también se contemplan los mágicos atardeceres de la ciudad con el sol escondiéndose en la línea del horizonte, la maravillosa luz de la ciudad.
Gracias a la cámara oscura, o mejor dicho la guía de la Torre Tavira que nos hacía viajar por la ciudad, descubrimos que los maravillosos parques de la ciudad que están junto al mar tienen immensos ficus centenarios, procedentes de La India. Dos únicos árboles que parecen un bosque.
Después de contemplar la ciudad desde las alturas vamos a visitar los restos de la antigua ciudad en el subsuelo, tenemos hora reservada para conocer la antigua ciudad fenicia, la antigua Gadir. Antes de hacer la visita nos da tiempo de visitar uno de los edificios más importantes de Cádiz: el Oratorio de San Felipe Neri.
El Oratorio es un magnífico edificio barroco del silgo XVIII y tambíen con una gran importancia histórica ya que fue el edificio donde se firmo la Constitución de Cádiz en 1812.
El Oratorio tiene una forma elíptica con diversas capillas, la más espectacular el Sagrario de influencia italiana realizada en marmol y policromada. Una muestra de la riqueza de la ciudad en el siglo XVIII.
En el altar central una pintura de Murillo es otro de los grandes tesoros del Oratorio. Un edificio realmente curisoso y singular.
El Oratorio de San Felipe Neri
La visita al yacimiento de Gadir resulta tan curiosa e interesante como la Torre Tavira. Sobretodo descubrir como hace miles de años la ciudad era muy diferente: una isla que poco a poco fue uniéndose al continente. En el subsuelo de la ciudad descubrimos la historia más antigua y todo empieza con un misterior un esqueleto de un antiguo gaditano que al parecer murió en un gran incendio. Una visita guiada prácticamente en exclusiva y una excelente forma de entender la ciudad antigua y uno los pocos yacimientos fenicios. Para visitar el yacimiento, es preciso hacer la reserva que se puede hacer en el mismo día.
En pocos días hemos podido disfrutar de una ciudad acogedora y sobretodo llena de luz, ciudad blanca y azul.
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Cádiz desde la catedral |