viernes, 14 de abril de 2017

Rincones de Castilla (1): Alba de Tormes

Cerca de Salamanca junto al rio Tormes se encuentra Alba de Tormes, uno de los pueblos monumentales más interesantes de la provincia. A partir de la repoblación de los reinos de León, en el año 1140 consiguió el Fuero del rey. A partir del siglo XV, el rey Juan II la entregó al señor de la Casa Álvarez del Campo pasando a llamarse señor de Alba, siendo este el origen de la Casa de Alba. Este primer señor de Alba construyó la Torre del Homenaje del Castillo que con Don Fernando Álvarez de Toledo el castillo se convirtió en un palacio renacentista.
Frescos de la batalla de Mühlberg en la Torre del Homenaje
 En el interior de la Torre del Homenaje, el Duque de Alba, encargó a Cristobal Passini los frescos representando la batalla de Mühlberg en la que aparece el duque de Alba sobre un caballo dorado. Los frescos, inacabados a casa de la muerte del pintor, han sido restaurados y ahora se pueden contemplar al visitar la Torre y la sala Museo.

Desde luego los frescos de la torre son impresionantes, pero también lo es la vista que hay en lo alto de la Torre. Se puede contemplar todo el pueblo de Alba, el río Tormes y a lo lejos la Sierra de la Francia y la Sierra de Béjar.


Alba de Tormes desde la Torre del Homenaje
También se puede adivinar la estructura original del palacio de los Alba, ya que se destruyó durante la Guerra contra los franceses. El castillo se quemó para evitar que cayera en manos de los franceses en 1812.

En 1991 se iniciaron los trabajos arqueológicos que nos permiten conocer la antigua estructura del castillo y la rehabilitación que hacen visitable esta estructura tan interesante.

Toda la villa de Alba de Tormes destaca por sus edificios de estilo renacentista, vinculados a Santa Teresa de Jesús que construyó allí el convento donde finalmente falleció. El convento de la Anunciación y el de las Carmelitas Descalzas, uno junto al otro, son edificios de estilo renacentista con unas fachadas monumentales. Otro edificio del mismo periodo, pero que únicamente conserva la fachada es la iglesia de San Pedro que se construyó en 1512 pero que se destruyó durante un incendio.
Entrada en la iglesia de San Pedro

Anterior a todos estos monumentos de estilo renacentista se encuentra la iglesia de San Juan, de estilo románico-mudejar. Situada en el centro de Alba de Tormes la iglesia es de estilo románico en la cabecera construida con ladrillo, la torre es posterior, del siglo XVIII. El pórtico exterior corresponde a una rehabilitación realizada en el siglo XX, pero donde se incorporaron dos capiteles originales del templo románico con interesantes representaciones del demonio.
Capitel románico de la iglesia de San Juan

En el interior se conserva uno de los conjuntos escultóricos de estilo románico más interesantes, que tendré que ver en otra ocasión.
El último lugar que os recomiendo conocer es la plaza mayor. A diferencia de la mayoría de ciudades castellanas donde las plazas se caracterizan por los soportales de piedra, la plaza de Alba corresponde a principios del siglo XX con edificios singulares de estilo modernista y trabajos de hierro con una fuente en el centro.
Café Casa Fidel en la Plaza Mayor

Si aún os queda tiempo podéis visitar la basílica inacabada, el convento de Santa Isabel, el puente medieval sobre el río Tormes, hacer una ruta verde que parte desde la antigua estación de tren.

Alba de Tormes es una población pequeña cargada de historia y patrimonio que merece una visita. Una antiguo núcleo de comunicaciones y en los orígenes de la Casa Alba, una de las casa nobiliarias más importantes de España.


Torre del Homenaje del antiguo castillo de la Casa de Alba

Los mosaicos dorados de Ravenna

Ravenna es una pequeña ciudad en la costa italiana del Adriático que conserva una joya singular: un conjunto de mosaicos bizantinos de los s...