En 1916, el industrial Josep Ensesa i Pujadas y su hijo Josep Ensesa i Gubert iniciaron el proyecto de urbanización de este tramo de la costa y encargaron al arquitecto Rafael Masó, alumno de Gaudí el proyecto siguiendo los cánones del "noucentisme". Rafael Masó, (1880-1935) es uno de los arquitectos catalanes más interesantes de principios del siglo XX, pero sin duda es poco conocido porque toda su obra la realizó en Girona y no en Barcelona. Masó diseño una urbanización inspirada en las ciudades-jardín inglesas con criterios racionales en los que la arquitectura armonizaba con el entorno y se creaban espacios comunes. También construyó algunos de las magníficas casas que se pueden contemplar durante todo el recorrido.
Casa del arquitecto Rafael Masó |
La familia Ensesa respeto en todo momento los criterios del arquitecto, ellos mismos defendieron este concepto tan avanzado de respeto al entorno y que todos los propietarios pudieran disfrutar de las vistas al mar, el paseo urbanizado y abierto a todos, las áreas comunes, y sobretodo que todas las casas mantienen criterios estéticos basados en la arquitectura tradicional catalana, propia de la zona.
Hace poco tuve la suerte de conocer a una de las hijas de Josep Ensesa que pudo explicarnos como su familia se había esforzado en mantener el equilibro entre la belleza del paisaje y los edificios construidos. Resultaba fascinante escucharla defender una manera de convivir con el entorno tan opuesta a la de otros promotores que prefieren explotar el territorio en beneficio propio.
Arquitectura de S'Agaró |
Folguera se encargo de la construcción de la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza que se encuentra en la urbanización y el pintor Joan Colom, uno de los que tenía casa en S'Agaró desde sus inicios, pintó los frescos de la iglesia.
Es difícil escoger los lugares más interesantes de S'Agaró y aún es más difícil donde detener la vista si a las casas de estilo clásico y mediterráneo que se erigen frente al mar o este tramo de costa tan hermoso. El mar intensamente azul, las rocas de aspecto agreste, los pinos que se retuercen por efecto del viento y las pequeñas calas que dibujan entradas hacia la costa. Esta combinación de colores tan propia del Mediterráneo blancos, verdes, azules, tierras componen un cuadro equilibrado y armonioso.
Al principio del recorrido también es interesante detener la vista en el Hostal de La Gavina, una de las primeras construcciones de S'Agaró (1932) que conserva su diseño clásico: una arquitectura catalana tradicional con terrazas, pórticos y tejados de líneas bajas.