domingo, 25 de agosto de 2013

Cadaqués, blanco y azul

De Cadaqués no se puede decir que sea poco conocido, pero si es un pequeño lugar lleno de encanto. Recuerdo la primera vez que lo visité, no debía tener más de 14 años, pero me causó una gran impresión, como de aquellas cosas que te impactan y que permanecen en tu memoria a pesar de los años que han pasado. Tras esa primera visita, he ido a Cadaqués varias veces y nunca me ha decepcionado, como si este pueblo junto al mar se adaptará a aquello que necesitaba en cada momento: me ha bañado en las calas de Cap de Creus, he llegado hasta el faro del fin del mundo, visitado su iglesia, recorrido las calles, he tomado un café en el Casino, he conocido gente e incluso he asistido a algún concierto. Tampoco puedo decir que conozca perfectamente el pueblo, pero siempre, siempre disfruto de pasear por Cadaqués.




Hay muchas maneras de conocer Cadaqués, pero lo mejor es no tener rumbo concreto y dejarte llevar. Uno de los paseos más agradables es que se hace al lado del mar recorriendo la playa y hasta llegar al extremo que te permite contemplar todo el pueblo, es una imagen de postal, pero real. En este paseo seguro que te fijarás en la casa de Don Octavi Serinyana o Casa Blaua, un edificio modernista blanco y azul como todo el pueblo.

En la otra dirección te puedes adentrar en el casco antiguo, si puedes visita la iglesia de Cadaqués en lo alto del pueblo. Es una iglesia blanca que destaca en todas las imágenes de la ciudad con su color blanco casi deslumbrante. No es un edificio que destaque especialmente por su arquitectura, pero si que es interesante el retablo barroco que hay en el interior. 



Para los amantes del arte es de los pocos ejemplos de arte barroco que se conservan en Catalunya, desgraciadamente muchos desaparecieron durante la guerra. Este retablo es del escultor Pau Costa dedicado a la Virgen de la Esperanza. Un trabajo magnífico que se parece, ya que es del mismo escultor, al retablo barroco de la iglesia de Santa Maria de Arenys de Mar.

Al salir de la iglesia ya puedes descender por las estrechas calles de Cadaqués, cada lugar es un rincón que contemplar. Gracias al aislamiento en el que se encuentra no ha sufrido el ataque de las grandes construcciones que han destrozado gran parte de la costa catalana. Si vuelves a llegar a la playa puedes dirigirte ahora en otra dirección, hasta la zona de Es Baluard con los arcos junto al mar. Si tienes tiempo puedes ir caminando hasta Port Lligat, no en verano, cuando el calor aprieta, y si te gusta andar puedes llegar hasta el Cap de Creus, hasta el faro. El parque del Cap de Creus es un paisaje fascinantes, seguramente la luna se parece a Cap de Creus. Sin duda muchos artistas, y no sólo Dalí, encontraron la inspiración en este paisaje.

Siempre que voy a Cadaqués tomó algo en el Casino, el Casino de la Amistad fundado en 1870 y que aún conserva el sabor de los cafés antiguos. Este bar es como este pueblo, que han sabido conservar ese encanto a pesar de los años y los cambios. Si puedes, visita Cadaqués varías veces, piérdete por las calles, por sus calas, sin prisas dejándote deslumbrar por los blancos y los azules intensos de este pueblo mediterráneo.



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