Ravenna es una pequeña ciudad en la costa italiana del Adriático que conserva una joya singular: un conjunto de mosaicos bizantinos de los siglos V al VIII, los más importantes del occidente europeo. Los mosaicos se realizaron cuando la ciudad era la capital del imperio bizantino en occidente y se encuentran en diversos edificios religiosos de la ciudad que a pesar de las transformaciones que se han producido han mantenido este gran tesoro.
Nosotros estábamos en Bolonia, ciudad universitaria conocida por el color rojo de los edificios y yo había propuesto visitar Ravenna. Mis amigos no habían oído hablar de esta ciudad y claramente iban a la aventura, pero aún recuerdan la impresión que les produjo ver los monumentos de la ciudad. Desde Bolonia se puede coger un tren y en una hora se llega a Ravenna, en una mañana pudimos visitar algunos de los principales edificios: la iglesia de San Vital de Ravenna, el mausoleo de Gala Placidia, el baptisterio Neoniano y la Basílica de Sant Apollinare Nuovo.
Llegamos a la ciudad sin un plan previsto, únicamente había visto información de algunos de los monumentos pero no tenía claro ni el tiempo que teníamos para visitarlos. Afortunadamente en la oficina donde compramos las entradas junto a San Vital nos hicieron una propuesta de recorrido en el tiempo que teníamos. Y empezamos el recorrido.
San Vital de Ravenna
Es el gran monumento de la ciudad, el lugar que soñaba con visitar desde que mi profesora de arte nos lo explicó cuando hacíamos COU, y de eso ya han pasado unos cuantos años. El exterior es de un edificio monumental pero austero, pero cuando entras en San Vital quedas deslumbrado con la riqueza de los mosaicos que se encuentran en el prebisterio. Hay que tomarse su tiempo para observar todos los detalles y contemplar las diferentes escenas que se representan. Entre todas las escenas yo me fije en la mirada de la emperatriz Teodora (501-548), la influyente mujer de Justiniano, la mujer más poderosa del Imperio Bizantino, la historia no se pone de acuerdo si era santa o malvada, algunos dicen que fue una prostituta que llegó al poder, pero seguro que fue una mujer fuerte y seguramente criticada por los hombres de su tiempo.
Mausoleo de Gala Placidia
La siguiente visita que incluye nuestra entrada es el Mausoleo de Gala Placidia que está al lado de San Vital. Tenemos una hora de visita, el edificio es tan pequeño que hay que organizar los grupos para poder entrar y ver el espacio en condiciones.
Se trata de un edificio realizado entre el 425-450. Para los historiadores del arte, sus mosaicos representan el paso del arte paleocristiano al bizantino. Cuando entras en el mausoleo te sumerges en un espacio de colores lleno de azules y dorados, como el espacio es pequeño puedes ver perfectamente las decoraciones de los mosaicos con detalle. Los fondos de los cielos azules con dorados son toda una maravilla.
La tradición dice que Gala Placidia, la hermana del emperador Honorio y se casó con Ataulfo, el rey de los visigodos con el que vivió unos años en Barcelona.
Baptisterio Neoniano
En el centro de la ciudad vamos a visitar este monumento que esta al lado del Museo Nacional de Ravenna. Se trata del edificio más antiguo del conjunto y como en los otros edificios, el exterior no tiene nada que ver con el interior. Los mosaicos decoran todo el espacio y puedes moverte alrededor de la pila bautismal para ver todas las decoraciones dedicadas al sacramento del bautismo.
El baptisterio, al ser más elevado, no causa la misma impresión que el mausoleo de Gala Placidia pero la estructura ortogonal te permite recorrer el espacio con comodidad y puedes contemplar perfectamente los mosaicos que te envuelven para volverte a deslumbrar con los dorados y los detalles cromáticos de las escenas.
San Apollinar el Nuevo
Al salir del baptisterio necesitamos descansar, de recorrer la ciudad pero sobre todo de tantas emociones os aseguro que de tanta belleza. Yo conocía lo que íbamos a ver, pero los que me acompañaban todavía estaban sorprendidos de lo que veían. Después de comer y antes de coger el tren de vuelta fuimos a ver el último monumento.
Esta basílica destaca por su campanile circular hecho de ladrillo vista, una estructura muy estilizada. El acceso a la basílica se hace a través de un pórtico característico de las iglesias paleocristianas que se denomina nártex. El interior tiene una estructura de tres naves, la central está separada de las laterales por doce pares de columnas que sostienen arcos de medio punto. Encima de esta estructura se encuentran los mosaicos bizantinos que decoran la basílica. En las basílicas laterales la decoración a épocas posteriores. El conjunto es curioso, los estilos se mezclan y los mosaicos están más alejados de la vista, pero a mi me siguen pareciendo magníficos.
En San Vital me había quedado minutos contemplando la escena de la emperatriz Teodora y su sequito mostrando toda la riqueza de la corte bizantina. En San Apollinar el Nuevo mi mirada se centro en la escena de los Reyes Magos, representados según la antigua tradición: un hombre joven, uno maduro y otro anciano. Una de las escenas más llenas de color sobre los fondos dorados.
Pero en la decoración de San Apollinar el Nuevo hay muchos detalles que no debes perderte. Como los otros monumentos hay que dedicarle unos momentos a contemplar los mosaicos.
Este fue el último monumento que visitamos, en la lista de grandes monumentos bizantinos de la ciudad aún quedarían por ver el Baptisterio Arriano, San Apollinar in Clase y el Mausoleo de Teodorico, pero esto será en el próximo viaje.
Este es un pequeño resumen de un lugar mágico, que deslumbra a todas las personas que visitan los monumentos de esta pequeña ciudad italiana. Seguro que aunque no conozcas el arte bizantino, te impresionaran los doradas y los colores de los mosaicos.